Cuando llegó al centro sus posibilidades de supervivencia eran muy bajas, ya que además de la cola había perdido 2 vértebras, pero contradiciendo las previsiones de los propios veterinarios que la atendieron consiguió adaptarse al nuevo entorno en el que se encontraba y continuar hacia adelante.
Vistas las enormes ganas de vivir que demostraba Winter, hace unos meses se formó un grupo de trabajo integrado por los entrenadores del centro, el doctor Mike Walsh y Hanger Prosthetics and Orthotics, una empresa especializada en la construcción de prótesis para humanos, que unieron sus fuerzas para crear una cola artificial que mejorara la calidad de vida del delfín y le permitiera nadar con mayor facilidad.
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